Los expertos de Telefónica Tech y Siemens España lo tienen claro: la alianza entre el Internet de las Cosas (IoT), los datos y la inteligencia artificial está remodelando el mundo empresarial con una velocidad vertiginosa.
El IoT, como un soldado en primera línea, recorre espacios como fábricas y semáforos, recolectando información vital.
Por su parte, la inteligencia artificial, con su mente analítica, se encarga de procesar esa avalancha de datos, mejorando con creces la toma de decisiones, que antes navegaba entre la intuición y datos que a menudo huelen a rancio.
En este escenario, el 5G despliega sus alas, actuando como un catalizador imprescindible.
Gracias a él, se concreta lo que podría haber parecido pura alucinación futurista: drones danzando al compás de instrucciones remotas o robots trabajando con la precisión de un relojero suizo.
Además, la promesa de la cobertura satelital augura maravillas para aquellas zonas rurales de España e Hispanoamérica que tanto necesitan un empujón hacia la digitalización.
No obstante, no todo es un camino de rosas.
A menudo, el espejismo de estar conectado traiciona a algunos sectores, especialmente aquellos anclados a maquinaria antediluviana, donde la relevancia de los datos es más bien cuestionable.
Sin embargo, pese a estos tropiezos, el ecosistema conectado empieza a cosechar frutos, prometiendo eficiencias incalculables en energía, logística, industria y ciudades inteligentes.
Todo ello, en un crescendo que, según los vaticinios más optimistas, revolucionará modelos de negocio y transformará, de manera inexorable, nuestro día a día en un quinquenio casi mágico.
Fuente: El Español – Invertia
